Al fin traemos algo de Leo (ahí, con toda la familiaridad) al blog. Así que...sin más dilación:Shutter Island
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Shutter Island es la típica película que cuando
te hablan de ella es tal que así:
"Buah, tía, Shutter Island, el Leonardo hace
de puto loco chaval increíble, además no te lo dicen desde el
principio y ¡wow! tienes que ir descubriéndolo flipas, yo la verdad
es que me di cuenta antes de que terminase y puf, el final es
increíble tía, increíble. ¡Ay Dios! El mensaje...joder, me hizo
pensar, en serio. "Mejor morir como un mons..." digo:
"mejor morir como un hombre..." bueno eso, que es súper
profundo, entra en mi Facebook que compartí una imagen de la frase
de DiCaprio".
Y tú te quedas con esta cara:
Pero, joder, todo el mundo habla de ella y si
dices que no la miraste se te abalanzan encima, como si te estuvieses
perdiendo una obra maestra atemporal del cine. Pero entonces...¿qué
tiene de especial?
Por una lado, tenemos una actuación de Leonardo
DiCaprio un tanto regulera (mira que me encanta las muchas caras que
puede poner el hombre, y lo expresivo que es, pero aquí no se le
saca nada de provecho) y todos los demás cumplen sin destacar; un
apartado técnico que acompaña a la historia: continuos fallos de
raccord, iluminación extraña, montaje abrupto...
Así que, supongo que lo que tiene de especial es
la historia.
Al espectador (nosotros) le encanta que jueguen
con él, que los acontecimientos no sean del todo claros, que parezca
que los personajes se muevan por motivaciones muy precisas y al final
no sean ni tan precisas e incluso ni sean esas, los giros de guión,
los detallitos, de los que solo el más avispado se puede enterar, y
como colofón un final que rompa con lo establecido pero que tenga
pies y cabeza, que impacte pero que cumpla. Shutter Island se rige
por esta fórmula, pero la adapta y la simplifica aún más, por eso
gusta.
De buenas a primeras te encuentras con una
película "normal" (aquí el espectador se relaja, todo es
fácil y lo está entendiendo), a medida que avanza parece que todo
no es lo que parece (el espectador, antes relajado, ahora pone todos
sus sentidos en descubrir por qué esos fallos intencionados y por
qué están pasando cosas raras), el misterio está ahí y TÚ tienes
que acompañar a los personajes para descifrarlo (oh dios, el
espectador está que no puede de la emoción) y cuando ya casi tienes
todos los cabos atados... "¿Ey, nos vamos al faro y te explico
un poco como va la vaina? No vaya a ser que no lo hayas entendido o
te frustre no haberlo pillado del todo" (el espectador aquí
contesta con un gran SÍ).
Aquí podemos ver a Andrew Laeddis/Edward Daniels cuando hombredelfaro le da el guión de la película y éste se da cuenta de que es un personaje y nada ha tenido sentido. |
Después de una bonita y larga explicación, con
croquis y flashbacks ilustrativos incluidos, el espectador deja la
película con una sonrisa de oreja a oreja, contento porque lo ha
entendido todo, no le ha quedado ni un solo cabo suelto: el anagrama
del nombre, la verdadera identidad, el pasado oscuro del
protagonista... todo, absolutamente todo bien entendido e hilado.
Joder, que listo soy - piensa - ¡el director quería jugar conmigo
pero YO he ganado!. Es que incluso nos dan la moraleja bien masticada: "¿qué podría ser peor: morir como un
monstruo o vivir como un buen hombre?".
Y ahora no se cómo terminar la entrada... ¡anda,
mira! Un...un faro...em...¿vamos? y...bueno, ya se me ocurrirá ahí
como terminarla...porque eh, ¿sabes? estoy haciendo una referencia
jajaja...me estoy riendo de lo mucho que la película te explica el
final, haciendo yo lo mismo...¿no? ¿aquí no funciona, el humor
solo es de Darío? Em... me traigo una pizarra si eso y lo vamos
viendo ¿vale?
Moraleja: ¿qué podría ser peor: no haber
entendido bien una película pero que ello te hiciese querer volver a
verla y poner más atención, o irte a tu puta casa contento y feliz
porque te la hayan explicado con pelos y señales?
"Yo que se pavo" |
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