domingo, 30 de octubre de 2016

Shut(the f*ck up)ter Island

Al fin traemos algo de Leo (ahí, con toda la familiaridad) al blog. Así que...sin más dilación:
Shutter Island
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Shutter Island es la típica película que cuando te hablan de ella es tal que así:

"Buah, tía, Shutter Island, el Leonardo hace de puto loco chaval increíble, además no te lo dicen desde el principio y ¡wow! tienes que ir descubriéndolo flipas, yo la verdad es que me di cuenta antes de que terminase y puf, el final es increíble tía, increíble. ¡Ay Dios! El mensaje...joder, me hizo pensar, en serio. "Mejor morir como un mons..." digo: "mejor morir como un hombre..." bueno eso, que es súper profundo, entra en mi Facebook que compartí una imagen de la frase de DiCaprio".

Y tú te quedas con esta cara: 


Pero, joder, todo el mundo habla de ella y si dices que no la miraste se te abalanzan encima, como si te estuvieses perdiendo una obra maestra atemporal del cine. Pero entonces...¿qué tiene de especial?

Por una lado, tenemos una actuación de Leonardo DiCaprio un tanto regulera (mira que me encanta las muchas caras que puede poner el hombre, y lo expresivo que es, pero aquí no se le saca nada de provecho) y todos los demás cumplen sin destacar; un apartado técnico que acompaña a la historia: continuos fallos de raccord, iluminación extraña, montaje abrupto...
Así que, supongo que lo que tiene de especial es la historia.

Al espectador (nosotros) le encanta que jueguen con él, que los acontecimientos no sean del todo claros, que parezca que los personajes se muevan por motivaciones muy precisas y al final no sean ni tan precisas e incluso ni sean esas, los giros de guión, los detallitos, de los que solo el más avispado se puede enterar, y como colofón un final que rompa con lo establecido pero que tenga pies y cabeza, que impacte pero que cumpla. Shutter Island se rige por esta fórmula, pero la adapta y la simplifica aún más, por eso gusta. 

De buenas a primeras te encuentras con una película "normal" (aquí el espectador se relaja, todo es fácil y lo está entendiendo), a medida que avanza parece que todo no es lo que parece (el espectador, antes relajado, ahora pone todos sus sentidos en descubrir por qué esos fallos intencionados y por qué están pasando cosas raras), el misterio está ahí y tienes que acompañar a los personajes para descifrarlo (oh dios, el espectador está que no puede de la emoción) y cuando ya casi tienes todos los cabos atados... "¿Ey, nos vamos al faro y te explico un poco como va la vaina? No vaya a ser que no lo hayas entendido o te frustre no haberlo pillado del todo" (el espectador aquí contesta con un gran ). 
Aquí podemos ver a Andrew Laeddis/Edward Daniels cuando hombredelfaro le da el guión de la película y éste se da cuenta de que es un personaje y nada ha tenido sentido.

Después de una bonita y larga explicación, con croquis y flashbacks ilustrativos incluidos, el espectador deja la película con una sonrisa de oreja a oreja, contento porque lo ha entendido todo, no le ha quedado ni un solo cabo suelto: el anagrama del nombre, la verdadera identidad, el pasado oscuro del protagonista... todo, absolutamente todo bien entendido e hilado. Joder, que listo soy - piensa - ¡el director quería jugar conmigo pero YO he ganado!. Es que incluso nos dan la moraleja bien masticada: "¿qué podría ser peor: morir como un monstruo o vivir como un buen hombre?".


Y ahora no se cómo terminar la entrada... ¡anda, mira! Un...un faro...em...¿vamos? y...bueno, ya se me ocurrirá ahí como terminarla...porque eh, ¿sabes? estoy haciendo una referencia jajaja...me estoy riendo de lo mucho que la película te explica el final, haciendo yo lo mismo...¿no? ¿aquí no funciona, el humor solo es de Darío? Em... me traigo una pizarra si eso y lo vamos viendo ¿vale?
Moraleja: ¿qué podría ser peor: no haber entendido bien una película pero que ello te hiciese querer volver a verla y poner más atención, o irte a tu puta casa contento y feliz porque te la hayan explicado con pelos y señales? 
"Yo que se pavo"
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