domingo, 22 de enero de 2017

Whiskey In The Jar

He de decir que la película me ha encantado. Muchísimas gracias, Lucas, por traérnosla. Y enhorabuena.










Que no, que era broma. Vamos a ello.

"The Guard" ("El Irlandés") es un kino ligerito. O al menos lo pretende. Humor y acción en 90 minutos, que bajan muy bien. Lo malo es que es un caos de idas y venidas de géneros y convenciones acompañado de un muy mal desarrollo de la trama y de los personajes.

El protagonista, el Sargento Boyle, es el héroe posmoderno. El paradigma de la ironía. O por lo menos al principio. Aunque es cierto que en sus momentos más íntimos se atisva cierto toque de sinceridad (en las escenas con su madre), no hay nada que justifique su paso de un agente de policía cínico y sin apenas escrúpulos a un héroe clásico que se sacrifica por lo que cree que es correcto. No es que sea su momento de redención después de varias escenas de aprendizaje y evolución. Lo que pasa es que a veces le dan ataques y cambia completamente de personalidad para volver, cuando le apetece, a su posición inicial. Por ejemplo, la relación que tiene con la mujer de su compañero asesinado es un auténtico caos. En una escena es el personaje irreverente que tanto gusta a los adolescentes y en la siguiente, al encontrarse con esta mujer, se convierte en un héroe que no descansará hasta haber hecho justicia. Y ambos tienen una confianza y afecto con el otro que ya me dirá McDonagh de dónde sale, porque yo no veo ese momento de unión por ninguna parte.

Después tenemos al agente Everett, haciendo el papel "excusa para meter elementos de buddy film". ¿Sirve de algo trazar pinceladas de este género? Pues no. Es referencial por ser referencial. Lo dicho, que el posmodernismo está vacío, falto de ideas. A veces los diálogos que tienen los dos protagonistas son graciosos, lo reconozco. Pero la mayor parte del tiempo son comentarios irónicos, una vez más, solo por ser irónicos. Por culpa de esta mentalidad, de esta forma de hacer las cosas, lo que podría haber sido un pesonaje interesante se convierte en una simple herramienta.

Los narcos, un poco más de lo mismo. Hacen comentarios graciosetes y hablan de filosofía y sus cosas, suponiendo que es lo único que necesitan para tener carisma, para que yo diga "son los malos, pero son buenos malos". Y comparado con el resto del kino hasta podría decir que funciona, pero una vez más llega el final y se va todo a la caca de la vaca. Porque es mucho mejor hacer referencias y reírse de las convenciones del cine de acción que crear una situación verosímil para los personajes de tu obra.

En resumen, que es muy irregular. Hay momentos que parecen reales pero unos instantes después vuelven la ironía y el cinismo para darme un kino insípido. No es que esté en contra de ellos, de hecho son las actitudes que me hacen levantarme por las mañanas, pero siempre tiene que existir un equilibrio entre la ironía y la sinceridad. Y que ese equilibrio tenga sentido, causalidad.
                                                                                            
Ironía pura



Ironía+Sinceridad



Doc

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